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DEMOCRACIAS REPRESENTATIVAS BAJO PRESIÓN EN TODAS PARTES

La democracia desempeña tres tareas principales:

● Garantizar el respeto por diversos valores que, a su vez, la respaldan;
● Velar por la organización y el funcionamiento del poder político; y
● Satisfacer las necesidades de la ciudadanía, expresadas libremente a través del sufragio universal.

Principios de las democracias representativas liberales;

1. Amplia participación política de ciudadanos adultos, incluidos los miembros de grupos minoritarios entre los que figuran minorías raciales, étnicas, religiosas, lingüísticas y económicas.
2. Voto secreto y elecciones regulares frecuentes.
3. Amplia libertad de los individuos para constituir y apoyar partidos políticos, y cada partido es libre para presentar sus opiniones y formar gobierno.
4. Gobiernos que pueden alterar, interpretar y aplicar leyes para adaptarse (dentro de ciertos límites) a las preferencias de la mayoría.
5. Garantías efectivas de los derechos individuales y de las minorías, especialmente en ámbitos como la libertad de expresión, de prensa, de conciencia, de religión y de reunión, y la igualdad de trato ante la Ley.
6. Poderes públicos limitados, controlados por garantías constitucionales, incluida la separación de poderes.

Las democracias tienen tres características esenciales: Legitimidad, Rendición de cuentas y Transparencia.

Las democracias han entrado en crisis. Se observen estos síntomas:

1. La participación de los votantes en general evoluciona a la baja
2. El panorama político es cada vez más fragmentado y volátil
3. La insatisfacción con el funcionamiento de la democracia da lugar a una creciente desconfianza en los órganos electos y, en ocasiones, a llamamientos a favor de una democracia directa.

Las mentalidades de los ciudadanos evolucionan y aparecen rasgos conductuales:

1. Decaen el civismo, el diálogo y la tolerancia.
2. Ciudadanos convertidos en consumidores de derechos y servicios, divorciados de la búsqueda de una visión y unos objetivos comunes
3. «Juego duro institucional» (Levitzky y Ziblatt,): uno utiliza los derechos legales que le asisten despiadadamente, hasta el final, con independencia de las consecuencias para los demás.
4. Reinado del dinero en las campañas electorales, la polarización artificial para demonizar al adversario, la manipulación constante y un frenesí mediático en torno a las cuestiones de imagen, los eslóganes y el cortoplacismo
5. Aparición de una casta política de actores políticos a tiempo completo, el sentimiento de exclusión de los jóvenes aspirantes a políticos, y una creciente discrepancia entre las cualidades necesarias para ser elegidos y las que se necesitan para dirigir un país.

Soluciones con sus eslóganes simplistas:
• Democracia directa («Es culpa de la democracia representativa»).
• La tentación tecnocrática («Es culpa de la democracia»)
• Populismo («Es culpa de las élites y de sus representantes políticos»).
• Democracia iliberal («Es culpa de la oposición y de las minorías»).

El reto de gobernar la globalización y mejorar nuestra posición relativa en un mundo multipolar requiere una mayor fortaleza. La atribución de competencias y capacidades a escala de la UE debe garantizarse cuando los resultados solo puedan lograrse a dicha escala, o cuando sea necesaria alguna acción adicional a nivel de la Unión (en el contexto de las competencias compartidas ) para lograr los objetivos acordados.

Mejora de la gobernanza multinivel en la UE: tiene un papel que desempeñar; las redes pueden ampliarse y (de manera proactiva) reforzarse. Esto puede ayudar a reducir los costes de participación y fomentar la democracia de la UE. El principio de subsidiariedad tiene que funcionar en ambas direcciones.

Retos digitales: Los avances logrados en el pasado en el terreno de las tecnologías de la comunicación han ejercido un impacto significativo en el modo en que se organizaron las sociedades humanas.

Generación de consenso: La función de cualquier sistema político es propiciar la colaboración pacífica y voluntaria de un grupo (que posea cohesión interna y un interés común) de manera que tantos recursos humanos como sea posible se destinen a conseguir que la comunidad prospere.

La democracia requiere una adecuada comunicación vertical: entre los gobernados, los gobernantes y las esferas intermedias. La democracia también exige una buena comunicación horizontal entre todos los miembros de la sociedad para establecer un contexto y unos intereses compartidos.

Anteriormente el papel y las imprentas eran escasos. La escasez del acceso a la comunicación impulsaba la calidad, por un lado, y la cohesión, por el otro. No todos podían publicar libros o disponer de tiempo de emisión en la televisión. Estos recursos estaban reservados para unos pocos; idealmente, para la élite. Un sistema de guardianes de acceso (editores) velaba por que algunas ideas se imprimieran y otras no.

La escasez de comunicaciones favorecía la democracia representativa. A través de una selección meritocrática de personas e ideas, se hizo posible la existencia de sistemas democráticos representativos en los que el pueblo es soberano, pero en los que todavía existe una selección positiva de las personas e ideas que los rigen.

Internet sustituye con abundancia la escasez de información y comunicación.

Internet ofrece una comunicación y un acceso a la información individualizados, lo que ha contribuido a la ulterior destrucción de las comunidades. Internet también acaba con las nociones de distancia y localidad. Internet no solo altera los medios de comunicación, sino que también contribuye a la perturbación de los partidos políticos, puestos ya en cuestión por los cambios en las estructuras sociales de las sociedades industriales.

Los algoritmos personalizados (alimentados por formas generalizadas y cada vez más extendidas de inteligencia artificial) que determinan el consumo de medios de comunicación y noticias de una persona (a menudo, reafirmando sus propios puntos de vista) podrían poner en grave peligro la noción de Habermass de una esfera «pública» y «común», y, de hecho, podrían dar lugar a su ulterior «balcanización».

Los que están en disposición de dirigir las sociedades con arreglo a sus propios valores y convicciones son en la actualidad el reducido número de directivos de las grandes empresas de internet. Servicios y canales de noticias como Facebook, Twitter y YouTube, y ajustes de los resultados de búsqueda de Google, pueden impulsar a las sociedades en la dirección que consideren apropiada.

La situación actual no es nueva: una élite siempre ha estado en disposición de conformar la cultura de una sociedad mediante la designación de editores de los medios de comunicación y el patrocinio de determinadas obras de cultura y arte.

INTEGRACIÓN EUROPEA: UN EXPERIMENTO DE ÉXITO EN LA DEMOCRACIA ENFRENTADO A NUEVOS DESAFÍOS

La Unión Europea está compuesta por Estados democráticos. La naturaleza democrática de estos Estados es lo que expresa término de «democracia en Europa». A escala nacional, el modelo predominante de organización democrática
en Europa es el de un sistema parlamentario en el que el gobierno se constituye con arreglo a una mayoría electa en el parlamento. Al mismo tiempo, los Estados miembros han adoptado diversas formas de organizar la democracia local y regional, dependiendo de si son Estados federales o unitarios y de en qué medida se encuentran regionalizados y descentralizados.

Pero es preciso fijarse en lo democrática que es la propia Unión Europea, a lo que se denomina la «democracia de Europa».

El proyecto de la UE se ha basado en varios rasgos distintivos que los Estados europeos han mantenido en común. Entre ellos figura el legado del derecho y la filosofía grecorromana, la interpretación judeocristiana de la dignidad de la persona humana y la reelaboración de estos valores durante la Reforma, la Ilustración y la Revolución Industrial.

La integración europea ha constituido una poderosa fuerza para el desarrollo social y económico, Esto puede observarse especialmente en los países de la periferia europea, como Irlanda, Grecia, Portugal y partes de España e Italia.

Desde la década de 1980, se ha tomado mayor conciencia de otras expresiones de democracia como la de ámbito regional y local. El Congreso de Poderes Locales y Regionales de Europa, una institución del Consejo de Europa, ha elaborado textos importantes, como la Carta Europea de Autonomía Local. En la Conferencia Intergubernamental de Maastricht, una amplia movilización de regiones de toda Europa trató de incluir alguna forma de «tercer nivel» de gobernanza de la UE, lo que proporcionaría a las regiones un lugar constitucional consolidado en la mesa de toma de decisiones de la Unión. Esta iniciativa fracasó.

La solución de compromiso consistió en crear el Comité Europeo de las Regiones (CDR) como órgano consultivo con el mismo estatuto constitucional que el Comité Económico y Social Europeo (CESE).

El CDR está integrado por políticos regionales y locales elegidos directamente y, en consecuencia posee una legitimidad democrática. Además tras el Tratado de Lisboa, su papel y sus funciones institucionales han ido adquiriendo una importancia cada vez mayor y ahora es, con el Parlamento Europeo y los parlamentos nacionales, un «guardián» del principio de subsidiariedad con el derecho y el deber de defender la subsidiariedad y sus propias prerrogativas ante el Tribunal de Justicia. El CDR representa la esfera de democracia más cercana a los ciudadanos europeos.

La democracia a escala europea es un sistema de controles y contrapesos que refleja la doble naturaleza de la UE: una unión de Estados y pueblos, así como de ciudadanos y ciudadanas. Este sistema surgió progresivamente a lo largo de los años, siguiendo el método de Jean Monnet de pequeños pasos y reforma funcional.

La UE no es un Estado como Francia o Alemania, pero tampoco es una simple organización internacional como la OTAN o las Naciones Unidas. Se aparta del modelo realista westfaliano de relaciones internacionales, que considera que los Estados poseen un modelo bodiniano de soberanía indivisible absoluta. Ni es un Estado federal ni una organización internacional. Ninguna de las dos categorías capta acertadamente la esencia de la Unión. Esta manera de percibir la Unión ha dificultado la tarea de comunicar correctamente acerca de la misma.

La UE debe ser juzgada con arreglo a lo que es conforme a los Tratados, y no según lo que los partidarios del federalismo, o los soberanistas puros, creen que debería ser. El concepto de «déficit democrático» en la UE se basa en el convencimiento de que la UE solo puede ser democrática si deviene en una institución más cercana a un Estado y si el Parlamento Europeo se convierte en la principal fuente de legitimidad democrática en tal construcción o, mirado desde la perspectiva de los soberanistas, si vuelve a ser una simple organización intergubernamental. Ambos puntos de vista subestiman la medida en que la UE ha logrado crear un nuevo ordenamiento jurídico.

La UE es una construcción única que surgió como reacción a las lecciones extraídas de las dos Guerras Mundiales. Se basa en valores fundamentales como la democracia liberal, el Estado de derecho y los derechos humanos.

Muchos ciudadanos tienen una percepción diferente de la UE. Es evidente la insatisfacción con el funcionamiento práctico de la democracia europea. Por eso es tan importante empezar con una explicación de por qué la UE es como es, por qué tiene las instituciones que tiene y qué controles y contrapesos necesita para atender los intereses de todos.

VÍAS Y MEDIOS PARA REFORZAR LA DEMOCRACIA EN LA UE

Los Estados nacionales son y seguirán constituyendo, al menos durante mucho tiempo, el centro de la vida democrática. La gran diversidad de sus sistemas democráticos y tradiciones políticas, garantizados por los Tratados en la medida en que se atengan a los principios básicos, es una expresión del lema general «Unida en la diversidad»

Tanto en lo que respecta a la «democracia en Europa» como a la «democracia de Europa», el margen para introducir cambios copernicanos ―o incluso cambios estructurales significativos― es muy estrecho. Por este motivo, la reflexión se ha dirigido hacia mejoras más realistas y pragmáticas basadas en objetivos generales que son compatibles con las limitaciones jurídicas y políticas que no es probable que desaparezcan.

Líneas de pensamiento:

• Reducir la brecha entre la ciudadanía y los responsables de la toma de decisiones (democracia de proceso o input democracy). La UE debe escuchar a los ciudadanos y ciudadanos, y estos deben encontrarse en disposición de comprender lo que se dice o se decide a escala europea.
• Responder a las preocupaciones y necesidades de la ciudadanía (democracia de producto o output democracy). En el caso de la sanidad, debería examinarse con mayor detenimiento la idea de una Unión de la Salud, así como alguna interpretación dinámica de los Tratados en el ámbito de la política de seguridad y defensa, la autonomía estratégica (por ejemplo, en la política económica, energética y digital), la política de migración y asilo y la política climática.
• Mejorar la capacidad de toma de decisiones de la Unión que debería adoptar una perspectiva renovada de su gobernanza y sus procedimientos. Debería contar con una capacidad ejecutiva operativa y establecer una estrecha interacción entre Bruselas y las esferas nacionales y regionales de gobierno. Algunos bloqueos pueden eliminarse aprovechando las posibilidades que brindan los Tratados vigentes.
• Refuerzo del papel de los entes regionales y locales en general. La democracia directa y la democracia local se entienden y experimentan de manera diferente en los distintos Estados miembros. Con independencia de las diferentes tradiciones y culturas de los Estados miembros a este respecto, se reconoce en general que el reparto de poder entre el centro y las esferas regionales y locales (gobernanza multinivel) constituye una fuente de economías de escala, al tiempo que permite una mejor adaptación de la legislación a las necesidades de las autoridades subnacionales.
• Potenciar la participación directa de la ciudadanía en el proceso democrático
  • Crear grupos de expertos para debatir iniciativas e ideas de reforma, lo que representa, entre otras iniciativas, un medio para permitir a los ciudadanos y ciudadanas expresarse con sus propias palabras.
  • Reflexionar sobre las vías para mejorar la utilización de la Iniciativa Ciudadana Europea (ICE), que no ha funcionado muy bien hasta la fecha
  • Destacar la importancia de asociar las esferas local y regional a la ejecución de las políticas de la UE o las iniciativas que posea una dimensión regional, como las políticas estructurales, de educación, cultura, servicios sociales, vivienda, medio ambiente, etc.
  • Aprovechar la experiencia y las lecciones extraídas de la Conferencia sobre el Futuro de Europa.
  • En lo relativo a la brecha entre ciudadanos y responsables de la toma de decisiones sería interesante examinar cómo mejorar su funcionamiento, por ejemplo, utilizando nuevas herramientas electrónicas de manera más sistemática en los procesos de votación. En este contexto, también surge la cuestión de unas reformas más ambiciosas, como la reducción de la edad electoral mínima a 16 años.
• Reevaluar el papel de la sociedad civil y los medios de comunicación: La prensa libre, plural y de calidad en todas las esferas, incluida la local, es una infraestructura clave para la democracia, y más aún en una era de redes sociales omnipresentes basadas en internet y plataformas poderosas financiadas por la publicidad y ejecutadas por algoritmos poco transparentes.

Papel específico del Comité Europeo de las Regiones

• El CDR como núcleo de una excepcional red de políticos elegidos localmente
• El CDR como institución política, con un papel más destacado. Cuatro etapas principales del ciclo legislativo de formulación de políticas:
  • fase preparatoria
  • fase legislativa de la toma de decisiones
  • fase de ejecución
  • etapa de evaluación:
• «Subsidiariedad activa» como medio general para lograr estos objetivos
• Mejora de los resultados del CDR y su papel en el proceso europeo global de toma de decisiones
  

Comentarios sobre el Informe

Creo que el Informe sobre la democracia europea elaborado por el Comité Europeo de las Regiones (CDR) en la primavera de 2022 es un excelente documento cuya lectura me ha enriquecido y que recomiendo a cualquier ciudadano europeo.

Muestra un atinado conocimiento de la situación de las democracias en Europa y de la Democracia de Europa y, hasta donde yo entiendo, explica de manera comprensible los retos, amenazas, debilidades, fortalezas y oportunidades que se presentan en el momento actual.

En mi limitada experiencia personal, curiosa e interesada en la política nacional desde hace 50 años y seguidor de muchos asuntos de la política europea e internacional desde hace 10 años, creo que es un buen documento que sistetiza con rigor el «estado del arte» de la democracia europea